domingo, 17 de agosto de 2008

El eterno y trillado triángulo en el que comen tres tristes tigres

Pensaba (se nota que mañana es feriado) en el trío Jaime S., Marina y Mariani. Notaba que el vértice es Jaime, dado la condición más llana que me da la similitud fónica entre Marina, Mariani y los demás personajes del primer capítulo (en su mayoría, son derivados: Mario Huelich, Mario Ghirlandaio, con excepción de Michel Fruteleff, autorizada por su condición de único personaje foráneo).
A partir de la frase: “En ese momento me enamoré de ella, suponiendo que existe un momento en que se suspende la búsqueda”, que me deriva a los Fragmentos del discurso amoroso, de Barthes, ejemplar que no tengo pero puedo mentir un poquito: decía algo como que uno cae enamorado de algo que el otro dice. Recordé el triángulo de Werther, Carlota y el novio de ésta.
Pensé en el triángulo hasta ahora imaginario (uds. Dirán) entre Jaime, Marina y Mariani. Pensé en la irrefutable ventaja de Jaime, dado su condición ficcional para Marina (alentada por la obsesión investigativa de Mariani).
Pensé todas estas boludeces y las sigo pensando.
Empecé con algo fuera de tono en relación al primer capítulo, pero que voy a tratar de pulir sin la piedra de Scalectrix. Tírenme un cable, que Jaime es de Salta y hace falta.
Amanda.

El segundo capítulo empezaría (ía, dije), así:

“Ahora pienso que en aquel tiempo fui un hombre completo. No dichoso, pero completo. Tenía poco más de veinte años, cursaba el tercero de la carrera de Sociología. Viajaba dos o tres veces al año y recopilaba relatos en los viajes. Acampaba en los lugares turísticos y alquilaba habitaciones en los desolados, adaptando la vida de mis personajes a los paisajes modestos que me permitía mi presupuesto módico. De los diarios de viaje extraía los datos que devenían en aguafuertes de dudosa calidad literaria. Las llevaba a un periódico progre de esa época. Siempre me decían lo mismo: plica, dos sobres, dos copias. Pero nunca me publicaban nada. Hasta que lo conocí a Jaime S.”

1 comentario:

amanda dijo...

Empezaron las correcciones: en lugar de periodismo, debe ser la carrera de sociología. Así lo dijo Juanjo en alguna directiva inicial que yo había obviado inintencionadamente. Cele, nada personal.