lunes, 18 de agosto de 2008

Construyendo a Mariani

En el segundo capítulo el narrador sigue siendo Mariani.
Para la biografía de Mariani los necesito a todos, tengo una idea sobre él pero propongo construyamos el personaje más democráticamente.
Para mí, su ficha sería la siguiente:

Alejandro Mariani. Tiene cuarenta y cinco años. Nació en Venado Tuerto, Santa Fe. Vive en alguna ciudad cosmopolita, puede ser Rosario, o Capital Federal.
Estudió Sociología en la UBA.
Está casado con Andrea Castellano, de cuarenta y dos. Aunque se casaron hace sólo ocho años, sostienen un matrimonio muerto, ella tomando pastillas para dormir y él escribiendo una novela que nunca llega a terminar. Tienen una hija de siete años, Lucila, que tiene bien puesto el nombre: es la más lúcida de la casa.
Viven en un departamento pequeño. Los ingresos de la familia consisten: 1) el 70%: una mensualidad que les envía la madre de Andrea, que es propietaria de campos en Santiago del Estero; 2) el 25%, de la adscripción rentada que Mariani tiene en la cátedra de Análisis de las prácticas sociales genocidas. 3) el 5% restante, de las publicaciones de los textos de Mariani.
Es alto, bastante delgado, en general viste jeans y polera negra. Tiene una miopía de 1,5 dioptrías, usa anteojos de marco casi invisible. Atractivo según sus alumnas, aunque ya no para su mujer. Pelo todavía abundante, castaño oscuro, con ondas pequeñas.
Físicamente estaría a mitad de camino entre Jean Pierre Noher y Daniel Hendler. Menos lindo que este último y más que el primero.
Taciturno. No hace deportes, a veces sale a caminar con su MP3.

Tiren perinola, saquen, pongan, corten y peguen hasta que tengamos a Mariani listo, tan vívido que podamos adaptarlo de un Ken.

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